Lección 3 : ¿Cuánto ahorrar en un depósito a plazo?

¿Cuánto ahorrar en un depósito a plazo?
¿Cuánto ahorrar en un depósito a plazo?
Cuando la inflación (es decir, la subida del coste de la vida) supera la rentabilidad ofrecida, el dinero invertido en un depósito pierde valor real.
Y, aun así, es esencial contar con una reserva financiera. Este colchón, conocido como fondo de emergencia, resulta imprescindible para hacer frente a imprevistos cotidianos sin poner en riesgo tu estabilidad económica.
Imagina que tu coche se avería, que tienes que hacer una reparación en casa o que pierdes tu empleo. Estas situaciones pueden llegar en cualquier momento. Si no dispones de una reserva accesible de inmediato, te verás obligado a pedir un crédito (normalmente caro) o a vender a contrarreloj una inversión a largo plazo. En ambos casos, el coste puede ser alto.
El fondo de emergencia te permite mantener la autonomía, evitar deudas innecesarias y seguir cumpliendo tus objetivos financieros a largo plazo. Es la barrera entre tu día a día y los imprevistos.
Un depósito a plazo es una opción válida, aunque hay que tener en cuenta sus limitaciones. Sus principales ventajas son:
Seguridad: el capital está garantizado hasta 100.000 € por persona y entidad, gracias al Fondo de Garantía de Depósitos.
Rentabilidad fija: conoces de antemano los intereses que cobrarás al vencimiento.
Disciplina de ahorro: al estar el dinero bloqueado, reduces la tentación de gastarlo.
Eso sí, su gran inconveniente es la falta de liquidez: si necesitas el dinero antes del vencimiento, puedes perder parte o todos los intereses. Por eso, algunos expertos recomiendan combinar depósitos con una cuenta de ahorro más líquida.
No existe un importe universal, pero la mayoría de asesores financieros recomiendan acumular entre 3 y 6 meses de gastos o de ingresos netos.
Por ejemplo:
Si gastas 2.000 € al mes, tu fondo de emergencia debería estar entre 6.000 € y 12.000 €.
Si tus ingresos netos son de 3.000 € al mes, tu objetivo debería ser entre 9.000 € y 18.000 €.
Con esa cantidad puedes cubrir los gastos esenciales (vivienda, alimentación, transporte…) durante varios meses, dándote margen en caso de perder ingresos o de afrontar un imprevisto importante.
Este objetivo debe adaptarse a tu realidad:
Si eres autónomo: tus ingresos son más variables, mejor apunta a 6-9 meses de gastos.
Si eres funcionario: con la estabilidad de tu empleo puedes conformarte con 3 meses.
Si tienes hijos a cargo: refuerza tu colchón.
Si eres propietario: incluye en la reserva un margen para reparaciones o mantenimiento.
Si tu ahorro en depósitos a plazo - o en cuentas de ahorro - supera con creces el nivel de fondo de emergencia, puede que estés perdiendo oportunidades. Ese dinero adicional podría estar mejor empleado en:
Inversiones a medio o largo plazo (fondos, ETF, acciones…).
Otros productos con más rentabilidad (seguros de ahorro, fondos garantizados, etc.).
Amortizar deudas: si tienes un préstamo, devolverlo antes puede ahorrarte intereses.
Un depósito a plazo protege, pero no multiplica tu dinero.
Si aún no alcanzas el nivel recomendado, puedes:
Programar aportaciones periódicas desde tu cuenta corriente a una cuenta de ahorro por ejemplo.
Marcarte metas realistas: por ejemplo, 100 € al mes = 1.200 € al año.
Reducir gastos prescindibles (suscripciones, ocio excesivo…).
Usar ingresos extra (bonus, paga extra, devolución de impuestos) para reforzar tu ahorro en depósitos.
Algunas familias creen que ya tienen cubierto el fondo de emergencia , pero en realidad ese dinero está asignado a otros fines:
La compra de un coche,
Los estudios de los hijos,
Una reforma pendiente.
Eso no es ahorro de emergencia. El fondo de emergencia solo debe tocarse en caso de urgencia real. Lo ideal es mantener distintos “bolsillos” de ahorro según el objetivo.
El depósito a plazo, pese a su baja rentabilidad y escasa liquidez, sigue siendo útil como ahorro seguro.
Combinado con una cuenta de ahorro, sirve para crear tu fondo de emergencia, un escudo contra los imprevistos.
La referencia habitual son 3 a 6 meses de ingresos o gastos mensuales.
No conviene mantener más dinero del necesario: el excedente puede rentar mejor en otros productos.
Por favor, mántengase a la espera mientras desbloqueamos la página...