La inflación afloja el ritmo
En enero, la inflación brasileña volvió a desacelerarse y se situó en su nivel más bajo desde febrero de 2021, un 5,77%. Para frenarla (en abril superaba p.ej. el 12%), el Banco Central brasileño no se lo ha pensado dos veces a la hora de subir los tipos oficiales y en un año y medio han pasado del 2% al 13,75%. Como consecuencia de esta subida, el crédito se ha encarecido y la demanda interna se ha frenado. Pero también pasa factura a la economía en su conjunto. En diciembre, las ventas al detalle se desplomaron por segundo mes consecutivo. Y no sólo el consumo de los hogares está de capa caída. La inversión empresarial también se ve frenada por unos tipos de interés muy elevados. Y en general, toda la actividad económica brasileña se ralentiza. Pero aun así, las autoridades monetarias mantendrán los tipos oficiales en el 13,75% durante un tiempo más para contener definitivamente los precios, sobre todo teniendo en cuenta que la actual política fiscal podría volver a disparar la inflación. En efecto, el presidente Lula da Silva quiere aplicar una política monetaria expansiva y aumentar la ayuda a los más pobres, como hizo durante su primer mandato. Esto reavivará las tensiones entre la oferta y la demanda.• La situación económica de Brasil sigue siendo frágil . En cambio, la deuda brasileña ofrece un interés muy elevado que compensa la depreciación prevista de la moneda, el real.Consulte nuestras estrategias de inversión.