Los NFT se lamen las heridas

Tras el entusiasmo inicial desatado por los NFT, el año pasado el mercado se desmoronó.
Del entusiasmo inicial…
Recordemos que los NFT (Non Fungible Token) -tokens no fungibles en castellano- vienen a ser como un certificado digital de autenticidad que, mediante la tecnología blockchain, la misma que se emplea en las criptomonedas, Se asocia a un único archivo digital. Una imagen, un vídeo, un audio, un texto o un archivo comprimido obtiene un identificador en el que se registra el nombre del autor, su valor inicial y su historial de ventas, entre otros metadatos. Este bien no fungible -no se puede duplicar, ni se consume con su uso, ni se puede reemplazar por otra cosa- desató una auténtica fiebre allá por 2014 cuando el primer NFT se vendió a través de la casa de subastas Sotheby's por 1,47 millones de dólares. El éxito fue tal que cada vez más artistas y empresas se lanzaron al mercado con obras de arte digitales. Y la industria del videojuego no tardó en subirse al carro de un negocio cuyas cifras son desorbitadas. Si en 2020 la facturación total del mercado NFT era de 232 millones de dólares, en 2021 ya había crecido hasta los.16.000 millones y en 2022 en torno a los 25.000 millones. Y, claro está, paralelamente han surgido como setas los denominados marketplaces o plataformas digitales que dan acceso a los NFT como OpenSea, Rarible, Coinbase NFT, etc. Consulte nuestro análisis "La nueva fiebre de los NFT"… a la vuelta a la tierra
El año pasado, sin embargo, el mercado de los NFT también sucumbió a la pesadumbre que se cernió sobre el mercado de las criptodivisas y algunas ventas se realizaron a precios realmente bajos. Incluso algunos NFT perdieron más del 90% de su valor.
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