No todos los costes son evidentes
Todos los fondos de inversión tienen costes. Pero claro, unos le saldrán más caros que otros. Y ya se lo adelantamos, ese sobreprecio no tiene porqué ir de la mano de una mejor gestión y, por ende, de mayores rendimientos futuros. Más bien al contrario. La razón es bien sencilla. Cuanto mayores gastos tenga que soportar un fondo, más difícil lo tendrá para superar a otros fondos comparables o a su propio benchmarck o mercado de referencia. Especialmente en el largo plazo.
• Dicho esto, hay gastos y gastos. Para empezar, ha de tener en cuenta que la gestora del fondo no es la única que chupa del bote. Hay otros actores implicados que también se quedan con parte del botín: comercializadores (principalmente bancos), entidades custodias, brókeres, auditoras... Y ¡ojo! Mientras que algunos de estos gastos son visibles y fácilmente identificables, otros más ocultos ya no lo son tanto. Vamos a tratar de poner negro sobre blanco.
Gastos únicos
- Gastos de entrada y de salida
Hay fondos tradicionales que pueden cobrar a la hora de invertir o desinvertir en ellos. Son las denominadas comisiones de suscripción y reembolso. Se trata de comisiones explícitas que pueden ir a parar a la gestora o bien directamente al fondo y que se cargan al partícipe en el momento de la compra y la venta como un porcentaje del importe suscrito o reembolsado y deduciéndose de este.
• Este porcentaje, por ley, no puede superar en ningún caso el 5%. En cualquier caso, entre los fondos tradicionales no es habitual encontrarse con estas comisiones: apenas un 1% de entre los más de 2.000 fondos que seguimos en nuestra web las tienen. Son principalmente fondos garantizados o fondos con objetivo de rentabilidad a vencimiento que establecen estas comisiones de entrada o de salida para salvaguardar a los partícipes que entraron en el periodo de comercialización y permanecen en el fondo hasta la fecha fijada en el folleto. También puede encontrar comisiones de reembolso en los primeros años de algunos fondos de autor, como los de Cobas o AzValor, que cobran un 4% y 3% de comisión de reembolso en favor del fondo si se deshace la inversión antes del primer año.
• En los fondos cotizados o ETF la cosa cambia. Al cotizar en bolsa sí tendrá que pagar a su intermediario bursátil tanto en el momento de su compra como en la venta. ¿Cuánto? Pues depende de cada intermediario. Además, también depende de la bolsa en la que vaya a operar, las de la zona euro suelen ser más baratas ya que además se ahorra el cambio de divisa; e incluso del canal que utilice ya que hacerlo por internet es en general más barato que operar por teléfono o en oficina. Hay mucha variedad, como diferencias entre unos y otros. En algunas entidades, p.ej. el Santander, comprar un ETF por un montante de 1.000 euros en el Xetra (bolsa alemana) le supondría un bocado del 6%, frente al 0,9% que les cuesta en Banco BiG a los socios de OCU inversiones acogidos al convenio. Y es que este intermediario les cobra en las compraventas de ETF y acciones de bolsas de la eurozona un 0,1% con mínimo de 9 euros. Así, si en lugar de hablar de 1.000 euros habláremos de los 3.000 que recomendamos como mínimo por operación, el coste en banco BiG puede reducirse para usted al 0,3% (9 euros) vea más detalles en este enlace
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Consejos
- Por suerte, son mayoría los fondos tradicionales sin comisiones de entrada o de salida, por lo que evitarlos le será sencillo. Respecto a los ETF, busque un intermediario con buenas tarifas de compraventa, como es el caso de Banco BiG. Y trate de operar por internet y en bolsas de la zona euro, invirtiendo en cada ETF al menos 3.000 euros para reducir el impacto de los gastos fijos de la operativa.
- El impacto de estos gastos únicos sobre su rendimiento será mayor cuanto menor sea su horizonte de inversión. Si ha de asumirlos, mejor amortizarlos a lo largo de varios años, de ahí que recomendemos horizontes de 5 a 10 años. Y no pierda de vista que estas comisiones van al bolsillo de su intermediario y no tienen relación alguna con la calidad del producto en sí.
-Gastos por el cambio de divisa
Cada vez que compre o venda un fondo tradicional que tenga el valor liquidativo en una divisa distinta del euro, la entidad con la que opere deberá cambiar sus euros a esa divisa (y viceversa). Al igual que si opera con ETF que no coticen en euros. Y, claro, esto no es gratis. ¿Cuánto le costará?
• El coste depende de cada entidad. En general, en cada cambio de divisa asumirá un coste que rondará en la mayoría de los casos entre 5 y 10 euros por cada 1.000 invertidos, es decir, entre el 0,5% y el 1% del montante total. El problema es que este coste no es transparente y no es fácil encontrar información clara al respecto. Normalmente los bancos le darán ya el tipo de cambio al que han realizado la operación, con la comisión y el diferencial de tipo de cambio ya incluidos. De ahí que resulte casi imposible confirmar si el coste se corresponde realmente con el expresado en sus tarifas o si el cambio aplicado ha sido el correcto.
Consejo
A la hora de invertir en un fondo tradicional, siempre que sea posible, opte por la categoría que tenga expresado el valor liquidativo en euros. Y si se trata de un ETF, por la versión que cotice en euros. Se ahorrará así las comisiones por cambio de divisa. Y si compra un ETF en una bolsa que no sea de la zona euro esté atento a que cotice en la divisa local, porque si no puede soportar un doble cambio, p.ej. en un ETF en USD cotizado en Londres le pueden cambien su dinero a libras y de estas a dólares.
En caso de tener un fondo tradicional en una divisa distinta al euro, evite traspasarlo a un fondo en otra divisa, hágalo mejor a un fondo en esa misma divisa y así su intermediario no le podrá cobrar por el tipo de cambio.
Siga leyendo ¿Sabe cuánto le cuestan sus fondos? (II). Gastos únicos