Aunque la cotización ha repuntado un 22,6% desde sus mínimos de 2023, la acción sigue estando infravalorada. En los últimos 10 años (salvo entre finales de 2020 y finales de 2021, cuando los mercados solo tenían ojos para el streaming y las ratios estratosféricas pagadas por Netflix), el valor de empresa ha fluctuado entre 10 y 15 veces el EBITDA. Para el ejercicio que acaba de comenzar, se limita a 11,1 veces. Si se confirma el aterrizaje suave de la economía estadounidense, los inversores deberían tranquilizarse respecto a la asistencia a los parques. En ese caso, en un escenario prudente de ratios de valoración medias, el precio de la acción podría alcanzar los 115 USD.
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La magia de los contenidos
La clave del reino de Disney sigue siendo sus contenidos. En 2023, Pixar y los últimos spin-off de la saga de superhéroes Marvel tuvieron su ración de fracasos. Pero este verano, Disney retomó la senda del éxito con Deadpool y Lobezno o Inside Out 2 que, estrenada a principios de año, se ha convertido en la película de animación más taquillera de todos los tiempos con una recaudación mundial de 1.700 millones de dólares. Las últimas entregas de El planeta de los simios y Alien también han obtenido buenos resultados. Y de aquí a finales de 2025, habrá multitud de posibles éxitos de taquilla: Moana 2, Mufasa: El Rey León, Capitán América, Blancanieves, Zootopia 2, Avatar 3, etc.
El éxito de las películas hace más atractiva la oferta de streaming (vea enuestro análisis El streaming de Walt Disney es por fin rentable) y permite crear nuevas atracciones en sus parques temáticos. En las dos últimas décadas, el grupo no ha dejado de ampliar su catálogo mediante adquisiciones: los dibujos animados de Pixar (2006), los superhéroes de Marvel (2009), la franquicia Star Wars con Lucasfilm (2012) y, por último, en 2019 la 21st Century Fox (Avatar, El planeta de los simios, Alien, National Geographic...). Contenidos, incluida la retransmisión de eventos deportivos, que representa por sí sola un 20% de las ventas, que son la verdadera fuerza de Disney.
Y los parques ¿de capa caída?
Con el frenesí consumista posterior a la crisis, los parques temáticos y los cruceros de Disney nunca lo han hecho tan bien. Los 12 parques temáticos representan alrededor del 29% de las ventas del grupo y los cruceros alrededor del 3%. Su nivel de actividad y sus beneficios operativos son entre un 30 y un 40% superiores a los de antes de la pandemia. Para el ejercicio cerrado el 30/9/2024 (cuyos resultados se publicarán el 14 de noviembre), estas actividades deberían haber generado algo más del 50% del beneficio operativo total. Por tanto, cualquier noticia negativa sobre estas actividades podría ser motivo de preocupación para los inversores.
De hecho, desde el tercer trimestre, la actividad se ha ralentizado, especialmente en EE.UU. (donde el grupo explota 6 parques, en Florida y California). Este fenómeno de vuelta a la normalidad tras el frenesí poscovid también se ha observado en grupos como Comcast (parques Universal) y Airbnb. No se trata de falta de interés por los parques Disney, sino más bien de un efecto cíclico vinculado a la confianza de los consumidores. A largo plazo, el potencial de los parques sigue intacto, sobre todo porque Disney tiene la intención de invertir masivamente en ellos.
60.000 millones en inversiones
Para contrarrestar el menor entusiasmo de los consumidores (en un momento en que los precios de los parques y cruceros del grupo nunca han sido tan elevados), Disney no espera a la recuperación de la economía. En lugar de ello, el grupo adopta una postura anticíclica. Hace un año anunció que en los próximos 10 años invertiría 60.000 millones de dólares en sus parques y cruceros. El 70% de este presupuesto se destinará al desarrollo de nuevas atracciones (Cars, Monsters & Co, El Rey León). Para expandirse, Disney dispone de más de 400 hectáreas para construir alrededor de sus parques. Para sus cruceros (muy rentables), añadirá cuatro nuevos barcos a los cinco existentes de aquí a finales de 2025, y cuatro más entre 2027 y 2031.
Nuestra opinión
Desde 2019, Disney ha sacrificado miles de millones en beneficios para desarrollar sus actividades de streaming. Hoy, estas son por fin rentables. Disney también prosigue con la reducción de costes y de sus presupuestos de producción (25.000 millones de dólares, incluidos los derechos deportivos, durante el ejercicio 2023-2024, frente a los 27.200 y 29.900 millones de los dos ejercicios anteriores), prefiriendo la calidad a la cantidad. Su deuda se limita a 1,85 veces el EBITDA. La liquidez generada debería haber repuntado hasta unos 8.000 millones de dólares para el ejercicio cerrado a 30 de septiembre (frente a los 4.900 y 1.060 millones de los dos ejercicios anteriores). Disney dispondrá de recursos considerables para invertir en sus parques, que ofrecen buenos rendimientos. El grupo ha restablecido el dividendo (tras 4 años de interrupción) y lanzado recompras de acciones por valor de 3.000 millones de dólares (1,8% de la capitalización bursátil). Acción barata. Compre.
Cotización en el momento del análisis: 96,13 USD
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