Las pérdidas por el deterioro del valor de una de sus filiales duplicaron a las estimadas por la compañía a cierre de 2010.
Las pérdidas por el deterioro del valor de una de sus filiales duplicaron a las estimadas por el grupo de reprografía a cierre de 2010. Rectificar es de sabios sí, pero cuando se toma por costumbre nos genera desconfianza.
¿De que se trata?
Según las Normas Internacionales de Información Financiera (a las que están sujetas todas las compañías cotizadas de la Unión Europea), las empresas deben asegurarse de que sus activos están valorados de acuerdo a un valor razonable de mercado, o lo que es lo mismo, que noestán contabilizados por un importe muy superior al que podrían obtener con su venta. Sin embargo, el valor de tales activos, una vez contabilizados, puede verse mermado por muy diversas circunstancias (cambios significativos del entorno económico, legal o tecnológico, fuerte caída del valor bursátil…). Así, en el caso de que la compañía compruebe que el valor contabilizado de ese activo es superior a su valor recuperable, deberá revisarlo a la baja en sus cuentas y cargar contra sus resultados una pérdida por tal deterioro.
Poca confianza
Pues bien, Service Point Solutions (SPS) cargó contra sus resultados de 2010, comunicados a la CNMV en febrero pasado, una pérdida de 1,7 millones de euros por el deterioro del valor de su filial francesa Reprotechnique (declarada oficialmente en situación de “suspensión de pagos” desde agosto 2010). Sin embargo, apenas tres meses después, la compañía se dio cuenta de que había pecado de optimista a la hora de calcular el deterioro del valor de su filial, viéndose obligada a rectificar y cargar una pérdida de 3,4 millones de euros, ¡el doble de lo comunicado antes! Aunque su impacto en su situación financiera es limitado (la pérdida por acción, tras impuestos, aumenta de -0,093 a -0,10 euros), tal “patinazo” en sus cálculos sí que pone en jaque nuestra confianza en cuanto a su transparencia. De hecho, no es la primera vez que SPS adolece de olvidos, rectificaciones o información incompleta en lo que a sus cuentas se refiere. Si bien ha habido una mejora respecto a las salvedades (infracciones a los principios contables vigentes) de cada año entre 1998 y 2004, desde entonces el grupo suele ser solicitado año tras año por la CNMV para aclarar dudas y ampliar información relativa a sus cuentas.
Nuestro consejo
Estas irregularidades refuerzan nuestro consejo actual de venta sobre esta acción, que además nos parece cara a tenor de la aún delicada situación financiera del grupo y de la madurez de su negocio. Si la tiene, véndala.