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Movilidad, consumo sostenible y RSE

La UE actualiza las pruebas de consumo de los vehículos en beneficio de los consumidores

16 jun. 2016

La Comisión Europea y los Estados miembros han alcanzado un acuerdo sobre las pruebas de consumo que se realizan a los automóviles. Se va a proceder a una revisión de estas pruebas para que a los consumidores europeos se les proporcione una información más realista sobre el consumo de combustible y las emisiones de sus vehículos. Esto será posible gracias a un nuevo procedimiento de pruebas aprobado por la UE y que se aplicará paulatinamente a partir del 1 de septiembre de 2017 hasta el 1 de septiembre de 2018.

OCU celebra esta noticia, que es positiva para los usuarios. El nuevo procedimiento se acordó a pesar de las fuertes presiones de los fabricantes de automóviles. OCU espera que este nuevo procedimiento contribuya a mejorar la situación actual en la que los consumos publicitados por los fabricantes distan mucho de los reales. OCU recuerda que ya denunció en 2015 que la prueba existente no era representativa y que el consumo real de los coches es hasta un 51% más elevado que el que anuncian. La prueba con la que todas las marcas realizan hasta ahora las pruebas de consumo de carburantes se denomina NEDC. Se trata de una prueba usada desde el año 1997 para homologar el consumo de combustible y en ella se basan los fabricantes para indicar las cifras de consumo de cada coche. OCU considera que los resultados de estas pruebas son pocos realistas y se alejan de la realidad (https://www.ocu.org/organizacion/prensa/notas-de-prensa/2015/consumo-coches)

Con las nuevas pruebas, el vehículo va a pasar más tiempo en movimiento en lugar de estar inactivo; será conducido a velocidades más realistas; y los períodos de aceleración y desaceleración serán más agresivos. Se reflejará mejor, por tanto, la forma en que los usuarios conducen sus automóviles en el mundo real. Hasta ahora hay lagunas importantes, como neumáticos excesivamente inflados, espejos retrovisores que pueden ser retirados y lubricantes especiales. Combinados, estos trucos pueden reducir sustancialmente las emisiones de CO2 y el consumo de combustible de un coche y, a su vez, proporcionar información engañosa a los consumidores.