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Política de Consumo en el corazón de la Europa del futuro

09 may. 2017

Tal día como hoy, hace 67 años, el 9 de mayo de 1950, Robert Schuman presentó su famosa declaración que sentaría las bases de la creación de la Unión Europea (UE). Durante aquella época, a su vez, surgía la primera organización de consumidores en la UE. Una nueva y dinámica economía de mercado se desarrollaba, la cual presentaba incontables oportunidades tanto para negocios como para los consumidores. Al verse habilitados con tal cantidad de posibilidades y elecciones, los consumidores sin duda necesitaban ser aconsejados de manera independiente en el momento de adquirir una nevera, o una lavadora, y más tarde a la hora de elegir un seguro o una hipoteca.

Con el proceso de expansión e integración de Europa, la elección de los consumidores de los mejores productos y servicios y la casi obligatoria protección contra prácticas injustas llegaron a obtener una dimensión europea. La defensa de los derechos de los consumidores ya no se podía gestionar a nivel nacional. En el momento en el que los productos cruzan una frontera, la protección de los consumidores debería traspasar al mismo tiempo. Todo comenzó con la adopción del Programa de consumidores europeos en 1975. Desde entonces, década tras década, se ha ido estableciendo un marco de trabajo consolidado con respecto a la política de consumo de la UE el cual beneficia a los ciudadanos de la UE y afecta directamente nuestra vida diaria sin que seamos conscientes de ello.

¿Sabían que las estrictas políticas de la UE obligan a los proveedores de alimentos, desde el agricultor al supermercado, a cumplir con los detallados requisitos en cuanto a higiene y seguridad? Gracias a un sistema de aviso a nivel europeo los alimentos potencialmente peligrosos se retiran del mercado. Incluso las exigencias en cuanto al etiquetado permiten a los consumidores saber qué es lo que contienen los alimentos y poder elegir entre las opciones más saludables disponibles.

¿Sabían que las normativas europeas nos aseguran que los juguetes, secadores de pelo y prendas de vestir para bebés que se comercializan en los comercios europeos estén a la altura de los altísimos estándares de seguridad, sin tener en cuenta el lugar de fabricación? Un sistema de alerta entre países de la UE monitoriza que productos que sugieran un peligro puedan ser retirados del mercado de manera rápida y eficaz.

¿Sabían que cuando un vuelo se cancela o se retrasa, o cuando a un pasajero se le niega el embarque, los consumidores tienen derecho a asistencia y compensación legal?

Si hoy los consumidores están más protegidos cuando compran online, pueden depender de unas exigencias sanitarias y medioambientales altas, beneficiarse de estándares de privacidad altísimos, y están, finalmente, exentos de cargos por roaming, es porque las normativas de UE lo han hecho posible. No siempre se les reconoce por ello, pero dejemos claro que Europa ha influido las vidas cotidianas de los consumidores de muchas maneras, estableciendo estándares que sirven de inspiración para muchos consumidores en el mundo.

Sin embargo, el futuro parece menos esperanzador y los desafíos que nos esperan no han de ser subestimados. Las crisis políticas, el Brexit, y una distancia creciente entre los ciudadanos europeos y sus líderes han golpeado duramente a la Unión Europea. Es por ello que este año, el año de la conmemoración de la declaración de Robert Schuman y la conmemoración también en marzo del 60 aniversario de los Tratados de Roma no son momentos propicios para su celebración. Escuchamos el clamor de toda Europa, demandando más cercanía con los ciudadanos y están sin duda en lo cierto.

Necesitamos tener a todo el mundo de nuestro lado, si fuese necesario a distinto ritmo, pero siempre trabajando juntos podremos mejorar las cosas para todos, para los consumidores. Pero nos surge la pregunta, ¿qué haremos para restablecer esa confianza? En primer lugar, con una política de consumidores sólida y pionera. Todos somos consumidores. Cada uno de nosotros. Reforzando y protegiendo a los consumidores permitiría a la UE estar cerca de sus ciudadanos y afectar sus vidas diarias. Demostremos a la gente qué es lo que está haciendo Europa y puede hacer por ellos. Proporcionémosles las herramientas para reforzar sus derechos cuando las cosas salen mal introduciendo el Sistema de Compensación Colectiva. Rechacemos las cláusulas invisibles en los contratos con líneas aéreas. Luchemos por derechos de garantía más longevos para productos duraderos…Estas acciones requieren decisiones valientes y líderes valientes. Hace seis décadas Robert Schuman tuvo el coraje de marcar la diferencia. Hoy todas las organizaciones de consumidores de Europa, juntos como una red dentro de la Organización Europea de Consumidores (BEUC), hacemos un llamamiento a todos los líderes a hacer lo mismo, a ser valientes otra vez y poner a los consumidores en el corazón del futuro de Europa.

Miguel Martinez Cuadrado. Presidente de OCU

El presente documento (carta al editor) ha sido entregada por CEOs de las organizaciones de consumidores de Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Eslovenia, España y los Países Bajos,