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OCU afirma que se pueden ahorrar 70 millones de euros en solo 4 patologías
02 feb. 2016Madrid, 2 de febrero de 2016. OCU ha cifrado en 70 millones de euros el ahorro que podría conseguirse en la factura farmacéutica al elegir un tratamiento estándar, que combina eficacia y buen precio, en lugar de algunas de las últimas novedades. A modo de ejemplo estos 70 millones equivalen al gasto medio en cuidados dentales de los hogares de La Rioja. Los principales resultados de este estudio se publican en el número 124 de la revista OCU-Salud.
OCU ha analizado el impacto que tiene el consumo de nueve medicamentos para el tratamiento de cuatro patologías distintas (reflujo o acidez, hipertensión, colesterol alto y depresión). En algunas de ellas, el precio de los medicamentos nuevos es hasta 9 veces superior al del tratamiento estándar, sin embargo la evidencia científica respalda que la efectividad del nuevo medicamento no es superior a la que consiguen los medicamentos que se utilizan de forma habitual.
Para sus cálculos, OCU ha utilizado las cifras de ventas anuales de 9 fármacos, en unas presentaciones equivalentes. Los datos corresponden a 2014 y provienen de todas las oficinas de farmacia españolas. De esos datos se desprende que sería posible ahorrar más de 70 millones de euros, si se hubiera prescrito solo el medicamento estándar frente a los nuevos fármacos mucho más caros y que no aportan más eficacia.
OCU no afirma que el tratamiento más barato sea siempre la mejor opción. Sin embargo cree necesario que se prescriban como primera opción aquellos medicamentos con un coste más eficiente.
Para OCU el modelo actual de innovación médica permite que la industria farmacéutica, partiendo de fármacos que funcionan bien y tienen un precio moderado, modifique las moléculas ligeramente o combine varias de las que ya existen para sacar nuevos medicamentos al mercado a precios más altos. Las supuestas ventajas son publicitadas con fuerza dando lugar a que se sustituyan los anteriores medicamentos por otros más caros pero no más eficaces ni más seguros. Es más, estos medicamentos nuevos pueden tener efectos adversos a largo plazo que en el momento de su lanzamiento se desconocen.
A juicio de OCU la legislación europea, en parte, permite esta situación, puesto que se muestra ineficaz al impedir que el mercado se inunde de medicamentos nuevos de escaso valor terapéutico. La industria opta, así, por lo que le resulta más rentable: modificaciones superfluas de moléculas que ya existen, sobre todo de las más consumidas, como las que se usan para los tratamientos más largos y por tanto más rentables. OCU considera que este dinero bien podría destinarse a investigar para paliar enfermedades que aún no tienen cura.
OCU comparte la reciente petición del Consejo de Europa que ha exigido una mayor transparencia en las relaciones entre la industria farmacéutica y los gobiernos de forma que se garantice la independencia de quienes toman las decisiones de financiación de medicamentos a cargo de los presupuestos públicos. OCU continuará trabajando para fomentar un debate público sobre estas cuestiones: el modelo de innovación debería modificarse para ayudar a que surjan productos farmacéuticos realmente necesarios a precios asequibles para el sistema público de salud, necesidad que pone de manifiesto el reciente caso de los tratamientos para la hepatitis C.
OCU participa en la campaña “No es sano” (www.noessano.org), que reclama, entre otras cosas, la revisión del modelo de innovación farmacéutica para que responda a las necesidades reales de la población.
Para más información (medios de comunicación) Eva Jiménez Tfno. 917226061 prensa@ocu.org