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Nuestras estrategias frente al coronavirus. ¿cambio de rumbo?
hace 3 años - lunes, 13 de abril de 2020
Con las estrategias mixtas proponemos una combinación de acciones y obligaciones globales con la que se limita la probabilidad de sufrir pérdidas en un periodo concreto de tiempo
Somos conscientes de que el impacto sanitario y económico de esta pandemia será enorme este año, lo que explica las fuertes correcciones bursátiles que estamos viviendo. Pero no creemos que cambiar de forma drástica nuestras estrategias de inversión ahora, hasta el punto de deshacernos de todas las acciones, sea una buena alternativa. Hacerlo implicaría renunciar a subirnos al tren de las ganancias cuando llegue el momento. La mejor manera de protegernos ahora es contar con una cartera bien diversificada donde las acciones, tras el batacazo, seguirán siendo protagonistas. De cara al largo plazo, siguen siendo la inversión más prometedora, ¡y no se trata de deshacerse de ellas!
RECESIÓN MUNDIAL
Ahora bien, no podemos obviar que la situación actual tiene consecuencias, y nuestras carteras deben adaptarse al nuevo panorama que tienen por delante, con unas bolsas ahora más baratas que a cierre de 2019 pero con muchas peores perspectivas económicas. De ahí que nos hayamos puesto manos a la obra para contemplar todos los escenarios posibles y comprobar si las distribuciones actuales siguen siendo válidas.
• Así, hemos dado un tijeretazo a nuestras previsiones de crecimiento económico. Para ello nos hemos ayudado de lo vivido en la crisis financiera y económica de 2008 y 2009, siendo conscientes de que hay diferencias importantes. Entonces, la economía mundial se contrajo un 0,7%. Pero porque mientras gran parte del mundo desarrollado vivía caídas del PIB real de entre el 3 y el 5%, China seguía creciendo a niveles de casi dos dígitos. De hecho, durante gran parte del periodo posterior a la crisis, la mayor parte del crecimiento de la economía mundial se originó en el gigante amarillo. Esta vez es diferente. La crisis de Covid-19 comenzó en China y, si bien su actividad económica comienza a repuntar, no esperamos que su economía tenga esta vez un desempeño lo suficientemente fuerte como para impulsar a la economía mundial. Es más, también esperamos que se contraiga en 2020. Así, nuestra estimación para el año en curso apunta a un retroceso del 2% para la economía mundial, casi tres veces mayor que la contracción de 2009.
Italia y España, a la cabeza
Entrando más al detalle, creemos que Italia y España serían los dos países más afectados (-5%), mientras que la zona euro en su conjunto sufriría una contracción del -4,3%. Algo por detrás, con un retroceso del -4%, se situarían economías desarrolladas de países como Reino Unido, Suecia, Noruega, Suiza o Japón. Y también países emergentes donde la baja demanda de productos básicos y la caída de precios les hará mella (Rusia, México, Sudáfrica). Por su parte, EE.UU. y otras economías desarrolladas no europeas (Australia o Canadá) retrocederán algo menos (-3%). Y serán China (-2%), aunque su economía tardará en regresar a la plena capacidad, India (0%) e Indonesia (0%), con la baza de sus fuertes datos demográficos, los menos dañados.
Menor crecimiento a largo plazo
Es importante señalar que este recorte de previsiones se limita al crecimiento del año en curso, dejando sin cambios los de años sucesivos. Un hecho a tener en cuenta, pues en la práctica implica un deterioro mayor. En condiciones normales, una economía que sufre un duro golpe un año tiende a recuperarse mecánicamente al año siguiente conforme la demanda acumulada ayuda a poner en marcha la actividad, lo que en su conjunto acaba limitando la caída. Nosotros, en un ejercicio de conservadurismo, no aventuramos tal rebote, volviendo a un lento ritmo de crecimiento en 2021. De ahí que la penalización sobre el crecimiento a largo plazo sea mayor. En nuestro país, p.ej., el crecimiento previsto durante la próxima década se ha reducido del 3,6% al 3% anual. Un recorte en el crecimiento que incide negativamente en la valoración que hacemos de cada mercado de acciones y, por tanto, en su rentabilidad esperada.
Escenario extremo, ¿es posible?
Nosotros nos sentimos cómodos con estas nuevas estimaciones. Pero también somos conscientes de que la situación mundial se está deteriorando muy rápidamente. Escenarios más catastrofistas aventurando caídas en el PIB del 10 al 15% están ya sobre la mesa. A nuestro parecer, tales escenarios siguen siendo poco probables. Si bien es posible una contracción de ese calibre en un solo trimestre o incluso semestre, los estímulos monetarios y fiscales masivos que están surgiendo en todos los países limitarán el daño causado a la economía y al mercado laboral. El efecto sobre las finanzas públicas a largo plazo es una pregunta para otro día. Pero el aumento del gasto, las garantías para los prestatarios, las laxas políticas monetarias, las inyecciones de dinero y otras medidas similares anunciadas deberían estimular la confianza de empresas y consumidores para evitar la materialización de tales escenarios catastrofistas.
• Aun así, también hemos puesto nuestras carteras a prueba con un hipotético escenario extremo, con un retroceso este año del 15% en Europa y del 10% en el resto del mundo, a excepción de India e Indonesia (-8%). Y nuevamente sin considerar repunte alguno en 2021.
¿CAMBIOS EN NUESTRAS ESTRATEGIAS?
Teniendo en cuenta estas nuevas previsiones, incluso también las más extremas, así como las nuevas valoraciones de cada una de las inversiones que pueden con-formar nuestras carteras, hemos puesto a funcionar nuestro modelo para ver si es o no necesario acometer cambios de calado.
• Los resultados han sido clarividentes. El efecto de las menores tasas de crecimiento, incluso en el peor de los escenarios, y la mayor volatilidad de las inversiones en general se compensa con unas bolsas mucho más baratas que al cierre de 2019. Así, el reparto entre acciones y obligaciones de nuestras estrategias en las diferentes simulaciones que hemos realizado apenas varía frente a los que publicábamos. Sí observamos que aquellas inversiones que mejor se han comportado, o que menos han perdido (obligaciones USD, acciones suizas, japonesas), ceden posiciones frente a otras más castigadas. Pero si algo hemos aprendido es que hay valores refugio que sí mitigan el riesgo. De ahí que, bajo la coyuntura actual en la que es poco probable que la incertidumbre desaparezca pronto, optemos por hacer los menos cambios posibles.
• Mantenemos sin cambios la distribución de nuestras carteras mixtas y solo optamos a primeros de abril por retocar ligeramente la global flexible que, recordémoslo, usted puese seguir fácilmente a través del Metavalor Global, fondo que la remeda. De cara a lograr una mayor diversificación que mitigue los riesgos actuales, optamos entonces por reducir la exposición a Noruega (reduciendo el peso de las acciones hasta el 5%, pero manteniendo otro 5% en obligaciones), muy vinculada al petróleo y dimos entrada a las obligaciones japonesas, todo un valor refugio.
¿Qué hacer ahora?
Son muchos los inversores que ahora se cuestionan qué hacer. ¿Conviene aprovechar la caída para comprar o es mejor esperar? La respuesta correcta pasa por un punto intermedio. Si dispone de dinero listo para invertir, puede regresar gradualmente a los mercados. A fin de cuentas, todas nuestras estrategias globales ofrecen ahora, con un nivel de riesgo similar al del pasado, una rentabilidad esperada superior a entonces. Pero bajo dos condiciones que ha de tener muy presentes. La primera, no ha de tener ninguna prisa por recuperar su dinero: nuestras carteras están construidas bajo el prisma de un horizonte enfocado al largo plazo, al menos 10 años. Y la segunda, ha de aceptar un alto riesgo a corto plazo, dada la alta volatilidad presente actualmente en los mercados.
• De entre las tres carteras mixtas y la cartera global flexible, elija la estrategia que mejor se adapte a su perfil de riesgo. Y si no quiere asumir riesgos, el perfil ahorrador (cuentas de ahorro, depósitos a la vista, seguros de ahorro y obligaciones del Estado) es el suyo. Igual con esta crisis se ha dado cuenta de que su perfil de riesgo no era el que pensaba. Ya lo decía el gurú estadounidense Warren Buffet: “si no estás dispuesto a ver cómo tus inversiones en acciones pierden el 50% sin caer en el pánico, no deberías invertir en bolsa”.
Estrategias de acciones
Para aquellos que solo desean invertir en acciones también hay dos fondos con ventajas para nuestros socios. El Metavalor Dividendo (-20,6% en 2020), que sigue nuestra cartera Experto en acciones y el Beka Optima Global (-22%), que combina gestión activa y pasiva y apuesta por la máxima diversificación.
NUESTRAS ESTRATEGIAS GLOBALES (31/03/20) |
||||||
Cartera |
Rendimiento |
Volatilidad anual |
Peso acciones |
|||
2020 |
1 año |
10 años |
Esperado |
|||
-9,5% |
-5,2% |
3,5% anual |
3% anual |
4,6% |
25% |
|
-16,6% |
-10,4% |
4,4% anual |
5,1% anual |
7,2% |
55% |
|
-23,4% |
-16% |
3,9% anual |
6,9% anual |
10,2% |
80% |
|
-24,5% |
-17,3% |
3,6% anual |
7,4% anual |
9,4% |
70% |
|
Metavalor Global (1) |
-23,4% |
-15,8% |
N.D. |
7,8% anual |
9,4% |
70% |
(1) A los rendimientos a 1 y 10 años, así como al esperado, hemos añadido el 1,2% anual extra al que tienen derecho los socios de OCU Inversiones que contraten este fondo a través del Supermercado de Fondos OCU de Singular Bank. |