Un producto con más riesgo del que aparenta
Las notas estructuradas suelen prometer garantías de capital o pérdidas limitadas, con un rendimiento que depende de la evolución de índices o cestas de valores, como acciones u obligaciones. Aunque la idea inicial de obtener un rendimiento jugoso sin riesgo de pérdida parece atractiva, el resultado final puede ser incierto y, en muchos casos, decepcionante.
· Un reciente ejemplo de ello es una nota estructurada ligada a las acciones de Iberdrola y Repsol. En este caso, si las acciones alcanzan o superan el precio inicial en cada observación semestral, el producto vence anticipadamente con un cupón del 2,7% semestral. Sin embargo, si no se cumple esta condición, el cupón se acumula y el producto continúa hasta que se cumpla la condición o hasta el final del cuarto año. Si al final de ese plazo no se cumple la condición, el producto se cancela y solo devuelve el dinero invertido. A simple vista, esto parece ofrecer un rendimiento de poco más del 5% anual con 8 oportunidades de obtenerlo, pero la realidad es más compleja.
No se puede estimar su interés ni a simple vista ni con una calculadora
Este producto debe analizarse realizando simulaciones de lo que podría ocurrir si se contratara, lo que los expertos llaman aplicar el Método estadístico de Montecarlo. Al aplicarlo, descubrimos que en la mayoría de los casos los resultados distan mucho del 5% anual. En un 40% de las simulaciones, el producto resultó ser un fiasco, no paga intereses ni devuelve el capital hasta el final del cuarto año. Sólo en un 30% de los casos el rendimiento alcanzaría ese 5% anual, con otro 30% de probabilidades de que el producto se cancelara al final del primer semestre, ofreciendo un cupón del 2,7%.
· Si busca una opción más predecible y con menos riesgos, un seguro de ahorro como el Plan Ahorro Multiplica a 4 años de la Mutualidad podría ser una mejor alternativa. Este plan ofrece un rendimiento neto anual de entre el 3,9% y el 3,89% según la edad del contratante.
Conclusión
Si bien las notas estructuradas pueden parecer atractivas, su rentabilidad real suele ser mucho más baja de lo que se espera o nuestra intuición nos dice. En muchos casos, un producto más sencillo y seguro, como un seguro de ahorro, podría ofrecer un rendimiento similar con menor riesgo.