Desglosamos la factura
Cuando invertimos en Bolsa solemos fijarnos sólo en la comisión del bróker, pero existen otros costes a los que también hemos de hacer frente. Estos gastos varían según el país y el mercado donde operamos. Partimos de una compra ficticia de acciones españolas para ayudarle a entender mejor la factura de su bróker.

En la parte superior de la factura encontramos los detalles genéricos de la operación, en este caso la compra de 900 acciones del Banco ABC. Es ahí donde verá los datos del titular o titulares de la cuenta de valores (1), el número de títulos y el nombre de la acción objeto de la operación (2), su ISIN y el mercado donde se ha llevado a cabo (3), el tipo de operación realizada (4), el precio al que se ejecutó (5) y el importe sin gastos de dicha operación (6). En el recuadro inferior (“Detalle de la orden”) podemos ver más detalles, como el tipo de orden (limitada, de mercado…), así como la fecha y hora a la que se ejecutó la operación. Aquí de nuevo aparece el importe de la operación de compra sin gastos (11), que en el caso que nos ocupa refleja el valor de esas 900 acciones por 5,75 euros cada una (5.175 euros).
Los gastos, en detalle
Ahora bien, el desembolso real de la operación (10) será una cantidad superior, debido a unos gastos que engordan la factura y que podrá ver desglosados en la parte superior.
· La comisión del banco (7) es uno de ellos. Es el coste que aplica cada bróker según su propio tarifario por operar en el mercado correspondiente (la bolsa española, en este caso) y en función de la cuantía invertida.
· Los gastos de bolsa (8) son las tasas que cobran las bolsas por las operaciones que en ellas se realizan. Incluyen el canon bursátil o de contratación y el canon de liquidación, que en España aplica Bolsas y Mercados Españoles (BME) e Iberclear respectivamente. Ambos conceptos pueden aparecer en la factura del intermediario juntos (como en este caso, 0,41 euros) o separados. E incluso algunos intermediarios ya los incluyen en sus tarifas, como Degiro (compensación y liquidación) o Bankinter (solo liquidación).
· El tercer gasto son los impuestos (9). En España la compra y venta de acciones está exenta de IVA, pero existe el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) o Tasa Tobin, que se aplica en la compra de acciones de empresas con capitalización superior a 1.000 millones de euros a 31 de diciembre. Su importe es el 0,2% del valor de la operación antes de gastos. De ahí los 10,35 euros del ejemplo (0,2% de 5.175 euros).
· Sumando estos tres gastos al coste de las acciones obtenemos el importe total de la operación (10), que sí es el desembolso real. En este caso, los gastos han supuesto un “extra” de 18,94 euros (la suma de 8,18, 0,41 y 10,35 euros). Es decir, un 0,36% del importe destinado a la compra de acciones.
Impuestos en otros países
Algunos países aplican un impuesto adicional similar al ITF patrio. En EE.UU. es el SEC Fee, que se aplica sólo a las ventas y su importe es un 0,00278 % del efectivo En Francia es del 0,3% sobre la compra de acciones que tengan una capitalización superior a 1.000 millones de euros a 1 de enero de cada año. Los ETF están excluidos. En el Reino Unido tenemos el Impuesto de la Reina (0,5% sobre el efectivo de las compras) y el canon PTM Levy de 1,5 libras para operaciones que superen las 10.000 libras. En Italia, en la compra de cotizadas italianas con capitalización bursátil superior a 500 millones de euros hay que pagar el 0,1% del valor de la transacción.
La divisa, otro coste más
Si operamos con acciones de un país cuya moneda no sea el euro (EE.UU., p.ej.) deberemos afrontar también los costes por cambio de divisa que nos aplicará el bróker al comprar y también al vender las acciones y volver a convertir el resultado de la operación a euros. Ojo, pueden ser de hasta el 1,5% por cada transacción.
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