Sector petrolero, sedientos del oro negro

¿Qué hacer con las acciones petroleras? Vea nuestro análisis sobre el sector y nuestros consejos.
Demanda ¿cerca de su techo?
Según el informe anual publicado el pasado mes de octubre por la AIE (Agencia Internacional de la Energía), la demanda mundial de petróleo alcanzará su punto máximo antes de 2030 con unos 110 millones de barriles al día. Sin embargo, la OPEP rechaza esta perspectiva y estima que, espoleada por los países emergentes, la demanda seguirá creciendo hasta alcanzar los 116 millones de barriles al día en 2045. Sea cual sea ese máximo, dado que el consumo actual ronda los 100 millones de barriles, parece evidente que la sed de petróleo seguirá creciendo durante esta década y a las petroleras aún les queda tiempo para (pre)ocuparse de su facturación.
Dos enfoques diferentes
Por un lado, tenemos a los gigantes norteamericanos y, por otro, a las petroleras europeas. Las estadounidenses reciben un claro apoyo de las autoridades de su país que, sobre el papel impulsan la transición verde, pero en la práctica favorecen la producción de combustibles fósiles baratos y, sobre todo, impulsan la independencia energética. Las petroleras ya no corren grandes riesgos, por lo que evitan los megaproyectos del pasado que tardaban muchos años en ser rentables, y se decantan por compras de pequeñas compañías ya operativas en el propio mercado americano (petróleo de esquisto de la Cuenca Pérmica) o en su zona de influencia (Sudamérica y Guyana), lejos de zonas más inestables como África o Asia Central. Las recientes compras de Pionner por parte de Exxon y de Hess por parte de Chevron son claros ejemplos de ello.
· En Europa, las grandes operaciones de crecimiento externo no forman parte de la estrategia de las compañías petroleras. El énfasis está puesto en el crecimiento interno con el aumento de la producción de sus campos ya en cartera, adquisiciones de bloques de extracción pequeños para reducir riesgos y, sobre todo, mirar más al largo plazo con inversiones en proyectos de energías renovables.
· A diferencia de sus competidores estadounidenses, los europeos están, en mayor o menor medida, presionados por sus gobiernos y también por parte de la sociedad, para que su producción sea cada vez más “ecológica”. Así se entienden por ejemplo los esfuerzos inversores de Repsol que pretende tener instalados 20 GW de renovables en 2030 frente a los 3,8 actuales. Pero esta diversificación, que aún debe demostrar su rentabilidad, no convence del todo a los británicos BP o Shell.
¿Qué hacer?
La caída de los precios de los hidrocarburos ha afectado negativamente a las cuentas de las compañías...
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