Knorr-Bremse sigue siendo el líder en su mercado, cuenta con un balance saneado y una buena cartera de pedidos. Activos valiosos en un mercado difícil que le permiten relanzar el crecimiento. A pesar de subir un 47% desde los mínimos de septiembre de 2022, la acción nos sigue pareciendo atractiva.
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El grupo industrial alemán cerró el 2022 con una caída del beneficio del 22% a 3 EUR por acción y una facturación al alza un 6,6%. El grupo germano se enfrentó durante buena parte del año pasado al incremento de los costes de producción, así como a las dificultades de la economía china (20% de la facturación), aún confinada. Un deterioro de la actividad que se tradujo en una caída de la cotización del 41% en el último año. La dirección del grupo se muestra algo más optimista de cara a este 2023, y con motivos para ello en nuestra opinión. El 2022 fue un año récord para los pedidos, que aumentaron un 11,4%. Pero nosotros mantenemos la prudencia.
La economía china lleva unos meses recuperándose con el fin del confinamiento y las medidas adoptadas por el gobierno para reactivar la actividad. Sin embargo, las inversiones en ferrocarril (tren y metro) deberían crecer, pero lentamente. El margen también permanecerá bajo presión al menos en la primera mitad de 2023. En los camiones, la situación es un poco mejor para el año en curso con la recuperación del comercio. Las inversiones previstas por el grupo en esta actividad penalizarán el margen en el primer semestre.
Para 2023 y 2024, estimamos un beneficio por acción de 3,4 y 3,9 EUR respectivamente.
Cotización en el momento del análisis: 61,34 EUR
