Después de un (muy) buen resultado semestral, L'Oréal se ha frenado en el tercer trimestre. Aunque no nos sorprende, somos escépticos de cara al futuro. La cotización sigue estando bastante alta, pero habrá que ver cómo le afectarán las incertidumbres sobre el sector del lujo o China. Acción cara.
VENDA.
En el primer semestre del año, L'Oréal destacó por la vitalidad de su negocio con un beneficio corriente al alza un 30,8%, impulsado por un aumento orgánico de las ventas del 13,5% (es decir, el doble que el mercado). La causa hay que buscarla en el fuerte crecimiento de sus dos actividades más rentables (lujo: +16,4%; y cosmética activa: +20,9%), que representan la mitad de la actividad (sólo un tercio hace 10 años), así como el éxito en China (+13%), gracias a una exitosa estrategia de comercio electrónico (+18% allí). Ahora bien, ¿podrá el grupo galo continuar con este fuerte impulso a medida que se aleja la salida de la crisis sanitaria (efecto de comparación favorable)? Creemos que no.
En el tercer trimestre, las ventas solo crecieron orgánicamente un 9,1% con un impulso ligado a una indemnización de seguros, por un lado; y a apreciables desaceleraciones en el sector del lujo (+4,6%) y el Norte de Asia, especialmente China (+0,3%). por otro lado. El margen operativo (no revelado), confortable en el primer semestre (20,4%), podría verse afectado. Y si la relativa debilidad del lujo se ve compensada en la gama premium por el vigor de la cosmética activa (+26%), más preocupante nos parece el desigual comportamiento de China. Y es que buena parte de la generosa valoración de la acción procede de la supuesta fuente de crecimiento de China. Aparte de la crisis sanitaria aún presente en el país, las tensiones geopolíticas podrían acabar perturbando la buena marcha de los negocios de un grupo occidental como L'Oréal.
Cotización en el momento del análisis: 319,80 EUR
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