El juego de la oferta y la demanda
El precio de una acción está determinado por la ley de la oferta y la demanda, igual que cualquier otro bien en un mercado. Si muchos inversores quieren comprar una acción, su precio sube; si quieren venderla, baja.
La presión compradora o vendedora depende de múltiples factores: la situación económica, los resultados de la empresa, las noticias del sector, la confianza de los inversores, entre otros.
A continuación, repasamos los principales factores que influyen en el precio de una acción.
1. La salud de la economía
Cuando la economía va bien, las empresas tienden a vender más, contratar, invertir y aumentar sus beneficios, lo que crea un entorno favorable para los mercados bursátiles. En cambio, en periodos de recesión o alta inflación, los inversores se vuelven más cautos.
Entre los factores macroeconómicos clave destacan:
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Crecimiento del PIB.
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Políticas de los bancos centrales (tipos de interés, compras de activos…).
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Evolución de la inflación.
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Tipos de cambio.
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Estabilidad política.
Un cambio inesperado en cualquiera de estos puntos puede provocar subidas o bajadas rápidas en las cotizaciones.
2. Noticias y cambios en el sector
Ninguna empresa opera aislada de su entorno. Los cambios en su sector afectan directamente a sus perspectivas. Ejemplos:
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Una variación brusca en el precio del petróleo impacta a todo el sector energético.
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Una nueva normativa medioambiental puede afectar a fabricantes de automóviles.
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El auge de la inteligencia artificial ha impulsado a las empresas de semiconductores como Nvidia.
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La expansión de Amazon ha presionado al comercio minorista tradicional.
Una innovación tecnológica, un cambio regulatorio o nuevas preferencias de los consumidores pueden influir en el valor de las acciones incluso antes de que se refleje en los resultados.
3. Factores propios de la empresa
a. Resultados financieros
Los informes trimestrales son analizados al detalle por el mercado. Lo relevante no es solo la cifra absoluta, sino cómo se compara con las previsiones.
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Si los beneficios superan las expectativas, la acción suele subir.
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Si decepcionan, puede caer, aunque la empresa siga siendo rentable.
Otras noticias con impacto en la cotización incluyen:
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Firma de contratos relevantes.
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Lanzamiento de nuevos productos.
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Planes de reestructuración.
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Cambios en la dirección.
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Reducción de deuda.
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Fusiones o adquisiciones.
Cada anuncio se interpreta según lo que indique para el futuro de la compañía.
b. Posición competitiva
Una buena posición en el mercado ayuda a mantener márgenes y beneficios. Sin embargo, un competidor con una oferta más atractiva o una tecnología innovadora puede cambiar el panorama.
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Pérdida de cuota de mercado o caída de márgenes: probable descenso en el precio de la acción.
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Consolidación de la posición competitiva: suele traducirse en un aumento de la confianza de los inversores.
c. Ofertas públicas de adquisición (OPA)
Si una empresa recibe una OPA, su acción suele subir, ya que el comprador ofrece una prima sobre el precio de mercado. En cambio, la acción de la empresa que lanza la OPA puede bajar, por el coste de la operación y el temor a la dilución de beneficios.
En general, las operaciones corporativas generan volatilidad, aunque sus efectos reales se vean más adelante.
A tener en cuenta
El precio de una acción responde a la interacción de múltiples factores: economía, sector, resultados y posición competitiva..
La oferta y la demanda determinan la cotización a corto plazo, pero las perspectivas a largo plazo pesan en las decisiones de los inversores
Noticias inesperadas o cambios bruscos en el entorno pueden provocar movimientos rápidos, al alza o a la baja.