Lección 4 : Tarjetas de pago: ¿cuál te conviene más?

Tarjetas de pago: ¿cuál te conviene más?
Tarjetas de pago: ¿cuál te conviene más?
Una tarjeta de pago permite realizar compras o retirar dinero en cajeros automáticos. Existen diferentes tipos y la clave está en si utilizas tu propio dinero o crédito prestado por el banco.
Está vinculada a tu cuenta corriente. Cada operación se descuenta al instante de tu saldo disponible.
Pagas siempre con tu propio dinero.
Puedes retirar efectivo en cualquier cajero, aunque puede haber comisiones si no es de tu banco.
Algunas entidades (CaixaBank, Santander, BBVA, ING…) permiten configurar límites de gasto diarios desde la app.
Ventaja: seguridad y control, sin riesgo de endeudamiento (salvo que tengas un descubierto autorizado).
Con esta tarjeta, el banco adelanta el dinero de la compra y te lo carga después, normalmente a final de mes o en plazos (revolving).
Incluyen un límite de crédito mensual.
Suelen llevar asociados seguros (viaje, compras, accidentes).
Exigen una gestión responsable: el pago aplazado genera intereses elevados.
Ventaja: flexibilidad para gastos imprevistos, viajes o compras online.
Funcionan como una tarjeta de crédito, pero solo gastas lo que hayas cargado previamente.
Muy útil para controlar el presupuesto.
Seguridad adicional en compras online.
No están vinculadas directamente a tu cuenta corriente.
Ventaja: ideal para jóvenes, viajes o pagos en internet con menor riesgo.
En España, casi todas las tarjetas funcionan en redes internacionales Visa o Mastercard, lo que permite usarlas dentro y fuera del país.
Además, se integran con sistemas digitales como:
Bizum: transferencias inmediatas entre particulares, disponible en la mayoría de bancos.
Google Pay / Apple Pay: pagos móviles vinculados a la tarjeta.
Cada banco establece límites que puedes modificar desde tu app o web:
Retirada en cajero: entre 300 € y 600 € al día de media.
Pagos con tarjeta: suelen oscilar entre 1.000 € y 3.000 € diarios, ajustables.
Pagos sin contacto (NFC): hasta 50 € sin PIN; a partir de ahí, o tras varias operaciones, se solicita el código.
Las tarjetas españolas suelen estar activadas por defecto para operar fuera de la UE, pero conviene comprobarlo antes de viajar.
Algunas entidades aplican comisiones por cambio de divisa (1%-3%). Otras ofrecen cuentas sin comisiones internacionales (por ejemplo, Revolut, N26, EVO Banco).
La tarjeta de débito te permite pagar con tu propio dinero, al instante.
La tarjeta de crédito te da flexibilidad, pero exige control: los pagos aplazados generan intereses altos.
La tarjeta prepago es útil para compras seguras y para controlar gastos.
En España, todas funcionan con redes internacionales y se integran con Bizum y pagos móviles.
Configura tus límites de gasto desde la app del banco y revisa condiciones si viajas al extranjero.
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