En efecto, un pequeño inversor que conozca exactamente cuáles son sus necesidades financieras y que sepa elegir aquellas inversiones que se adapten a su perfil, tendrá menos posibilidades de dejarse llevar por esa otra clase de propuestas aparentemente tan atractivas pero a la vez tan irracionales que aquel otro que no se haya molestado en reflexionar al respecto. Es más, un inversor consciente de sus necesidades financieras será mucho más prudente a la hora de diversificar sus inversiones y más consciente de los riesgos por los que ha optado.
Además, habrá adquirido el hábito casi instantáneo de tomarse un tiempo de reflexión para analizar la inversión propuesta y para verificar si ésta se adapta a sus necesidades. En caso contrario, podría suceder que cualquier propuesta de inversión que ofrezca un elevado rendimiento pueda parecerle de lo más atractiva.
El diagnóstico financiero es en definitiva una de las primeras tareas a realizar antes de aventurarse en cualquier tipo de inversión.