Con dos trimestres consecutivos de caída del PIB, Noruega está oficialmente en recesión. La actividad económica cayó un 1,6% en el tercer trimestre, para volver a retroceder un 0,6% en el cuarto. Esto se ha debido al desplome de la industria petrolera, que cayó un 5,8% y un 1% respectivamente. El consumo de los hogares también se estancó en el cuarto trimestre, tras caer un 0,2% en el tercero. A pesar del retroceso de la actividad económica en el 2º semestre, el 2024 ha sido globalmente positivo: el PIB creció un 2,1%, frente al +0,1% de 2023.
Con toda probabilidad, el descenso del PIB en los dos últimos trimestres es sólo un bache temporal. La actividad económica debería reactivarse en los próximos meses gracias a una política fiscal expansiva y a la recuperación del consumo de los hogares, cuyo poder adquisitivo se ha visto reforzado por el aumento de los salarios más rápido que la inflación. También se espera que el banco central reduzca el coste del dinero. Sin embargo, las perspectivas son insuficientes para justificar la inversión en Noruega.
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