La ambiciosa reorientación estratégica del grupo sigue lastrando los beneficios, que seguirán siendo débiles en 2025. Pero el horizonte parece despejarse con una mejora significativa del margen bruto previsto para 2026 y la vuelta al poder del presidente Trump. Acción correcta incluida en la cartera Experto en acciones con un peso del 1,1%.
MANTENGA.
Ambiciosa estrategia de futuro
El gigante caído de los semiconductores Intel ha registrado una fuerte pérdida de 3,88 USD por acción en el tercer trimestre de 2024, debido principalmente a amortizaciones y caídas en el valor de los activos, así como a importantes costes de reestructuración. Sin ellas, los resultados tampoco habrían abandonado los números rojos (-0,46 USD), pero el repunte del 9% en las ventas de chips para centros de datos, muy rentables, resulta esperanzador. Para el trimestre en curso, el grupo prevé, como era de esperar, una nueva caída del 10% en las ventas, pero un pequeño beneficio (sin contar los elementos no recurrentes).
Intel ha perdido terreno frente a la competencia en los últimos años y cuenta mucho con sus nuevos chips electrónicos innovadores y su reorientación estratégica, que aspira a convertirse en rival de la omnipotente empresa taiwanesa TSMC en la fabricación de semiconductores, para detener la hemorragia. Desde este punto de vista, la elección del presidente Trump, que parece querer primar a las empresas nacionales en la concesión de subvenciones vinculadas a la Ley de Chips, es un impulso bienvenido.
Para financiar las fuertes inversiones necesarias, el grupo estudia vender algunos activos, como Altera (chips programables), que adquirió por 17.000 millones de dólares en 2015. Estimamos ahora una pérdida de 4,52 USD por acción en 2024 y mantenemos nuestra previsión de un beneficio de 0,3 USD para 2025.
Cotización en el momento del análisis: 26,23 USD
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