Unos resultados semestrales un tanto decepcionantes, un plan de recorte de costes que se traducirá en el despido de 15.000 trabajadores y la decisión de suspender el dividendo han sido los ingredientes que han provocado el fuerte castigo bursátil experimentado por el fabricante de chips estadounidense.
No ceda al pánico.
Por el momento MANTENGA la acción.
Despidos y adiós al dividendo
La presentación de unos resultados trimestrales por debajo de lo previsto ha sido uno de los detonantes que ha penalizado la cotización de la acción. Los ingresos de 12,83 millones de USD obtenidos en el periodo se han quedado por debajo de los 12,94 millones esperados. Y lo mismo ha sucedido con el beneficio por acción que finalmente se quedó en los 0,02 USD frente a la previsión de 0,1 USD. Además, el anuncio de un plan de reestructuración, que contempla el despido de 15.000 trabajadores -prácticamente el 15% de la plantilla actual- ha sentado como un jarro de agua fría a sus accionistas, a quienes tampoco ha gustado la suspensión del dividendo a partir del cuarto trimestre decidida por la compañía (Intel siempre los había repartido desde 1992) con el fin de reducir costes. De hecho, es posible que tengan que renunciar a más dividendos en el futuro, teniendo en cuenta que la propia compañía prevé cerrar el próximo trimestre con una pérdida por acción de 0,03 USD, frente a los beneficios estimados anteriormente.
¿Qué hacer?
Desde hace ya tiempo Intel se enfrenta a un aumento de costes y a una reducción de sus márgenes. La propia compañía reconoce incluso que aún no ha aprovechado todo el potencial de la inteligencia artificial, quedándose algo rezagada con respecto a otros competidores.
En cualquier caso, recuerde que el pánico es mal consejero en muchas ocasiones. Y esta es precisamente una de ellas. Mantenga la acción si la tiene y continúe siguiéndonos en la web para estar al tanto de cualquier novedad al respecto.
Cotización en el momento del análisis: 21,48 USD
