Cambio de consejo
A más de uno la crisis le ha quitado las ganas hasta de beber. Y ante lo que se nos viene encima, el negocio de Vidrala, altamente dependiente del sector de las bebidas, no saldrá bien parado. Tras la rebaja de nuestras previsiones, la acción se ha puesto de nuevo cara. Venda.
El beneficio hasta septiembre de 2008 mejoró un 20%, gracias a las mejoras productivas en su fábrica belga y al mantenimiento del ritmo de la demanda de envases (+14% de ventas). Sin embargo, si bien hasta el verano la crisis no impedía que los españoles siguiesen saliendo de cañas con alegría, el escenario se ha deteriorado significativamente desde entonces y el grifo del consumo de bebidas se ha cerrado en nuestro país (54% de sus ventas). Las cifras del sector apuntan a una caída global de la demanda (incluyendo el consumo doméstico) de un 7% en el cuarto trimestre.
Esta situación pone en jaque a esta industria con un alto porcentaje de costes fijos, máxime si desde finales de los años 90 la capacidad de producción ha crecido un 15%. El ajuste del sector a la nueva realidad de la demanda será severo y es poco probable que Vidrala se atreva en estos momentos a lanzarse al mercado a por alguna oportunidad, debido a su alta deuda y las dificultades para acceder al crédito. Tras este baño de realismo, hemos rebajado nuestras previsiones de beneficio para la compañía y la acción vuelve a ponerse cara.
Cotización en el momento del análisis: 16,73 EUR