Lección 4 : Invertir en acciones individuales
Invertir en acciones individuales.
Invertir en acciones individuales.
Es posible invertir en acciones a través de fondos o ETF, que permiten aprovechar el potencial de los mercados respetando al mismo tiempo el principio fundamental de la diversificación.
Pero también puedes optar por construir una cartera de acciones individuales. Esta estrategia puede complementar tus fondos o ETF, dándole una orientación más personal a tu plan de inversión.
Comprar acciones en directo significa apostar por el éxito de empresas concretas. Esto te permite elegir aquellas en las que confías, ajustar el importe invertido según tus convicciones y actuar con libertad en función de las oportunidades del mercado (por ejemplo, durante una caída temporal de precios).
Además, te brinda transparencia total sobre tus inversiones: sabes exactamente dónde va tu dinero y puedes excluir ciertos sectores o regiones en función de tus valores éticos o de tus preferencias geográficas. ¿Quieres evitar las petroleras o priorizar la innovación tecnológica? Tienes la libertad de hacerlo.
También puedes apostar por una región que consideres prometedora: un mercado emergente, una economía en fuerte crecimiento o un sector específico que conozcas bien.
Invertir en acciones individuales implica un alto nivel de volatilidad. El precio de una acción puede desplomarse de golpe debido a resultados decepcionantes, cambios en el entorno económico o un hecho puntual que afecte a la empresa. Incluso un rumor puede tener un fuerte impacto.
Otro riesgo es la concentración excesiva. Apostar por unos pocos valores aumenta la vulnerabilidad de tu cartera: si una de esas empresas atraviesa dificultades, el golpe puede ser significativo. Por eso la diversificación sigue siendo esencial, incluso dentro de una cartera de acciones individuales.
Finalmente, esta estrategia requiere tiempo, disciplina y conocimientos de mercado. Tendrás que analizar balances, seguir la actualidad económica, leer informes financieros, comprender los sectores de actividad… y reaccionar con rapidez si la situación cambia.
Antes de dar el paso, puedes entrenarte con un portafolio ficticio. Te permitirá poner a prueba tu capacidad para elegir acciones, diseñar una estrategia coherente y seguir la evolución del mercado sin arriesgar dinero real. Esta etapa puede ser muy útil para ganar experiencia y confianza sin presión.
Invertir en acciones individuales te permite personalizar tu cartera y seguir tus propias convicciones.
Ofrece un potencial de rentabilidad elevado, pero con mayores riesgos.
Es una estrategia que exige tiempo, disciplina y conocimientos bursátiles.
Empezar con un portafolio virtual puede ser una buena forma de formación inicial.