Método por intercambio

Descripción

Este método para adelgazar basa su tratamiento en tres pilares: la dieta, el ejercicio físico y el aspecto psicológico (en concreto la motivación). La idea es que, a partir de unas pautas establecidas por un profesional, el paciente “juegue” con unos intercambios (o medidas calóricas), que le permiten diseñar su tratamiento en función de sus gustos.

Comentarios

En la dieta, los intercambios se establecen a partir de las necesidades de las personas y se reparten en 6 grupos de alimentos:

  • Hidratos de carbono: pan, galletas, patata, arroz, pasta, legumbres, etc.
  • Grasas: aceites de oliva y de semillas, mantequilla, frutas oleaginosas, etc.
  • Proteínas, carnes, embutidos, huevos, pescado, marisco, frutos secos, etc.
  • Lácteos: leche, yogures y quesos frescos.
  • Frutas.
  • Verduras.

Para facilitar su uso, cada intercambio se traduce en una medida culinaria del alimento en cuestión de tal forma que no es necesario pesar el alimento.


Se sigue el mismo planteamiento para el ejercicio físico, donde los intercambios corresponden a calorías gastadas y se traducen en tiempo dedicado a una actividad física. El abanico es amplio: andar/correr, bicicleta, natación, deportes acuáticos, deportes de montaña, deportes colectivos (fútbol, baloncesto, tenis, etc.) o individuales (baile, atletismo, patinaje, etc.). Cada uno de ellos, está divido en tres niveles de intensidad (bajo, medio, alto) en función de los hábitos y entrenamiento de cada uno.

Evaluación

Los intercambios son como “monedas” de cambio de calorías ingeridas en forma de alimentos y de calorías gastadas en forma de actividad física.

Esta filosofía recuerda un poco al sistema entulínea de Weight Watchers donde los puntos permiten que diseñes tu propio menú.

Se trata de una dieta bastante flexible ya que se establecen pautas generales que se ajustan a los requerimientos de cada uno pero permitiendo a la vez que el “paciente” tome conciencia de sus necesidades y pueda diseñar sus menús en función de sus circunstancias.

Es positivo que a la vez se realice una educación alimentaria ya, que se enseña cómo seguir unos hábitos de vida saludables a través de la alimentación y el ejercicio físico.

Además, el “paciente” juega un papel activo en su dieta.