Dieta de la enzima prodigiosa

Descripción

Éste es el título de un libro escrito por un médico japonés que preconiza que “La enzima prodigiosa es una forma de vida sin enfermar. La dieta del futuro que evitará las enfermedades cardiacas, curará el cáncer, detendrá la diabetes tipo 2, combatirá la obesidad y prevendrá padecimientos crónicos degenerativos”. Demasiado bonito (y demasiado fantasioso) para que sea verdad. Por desgracia, demasiadas personas han comprado este libro y han dotado al producto de un "aval" científico muy poco riguroso.

Comentarios

Este método basado en la acción de una enzima cumple muchas de las características de una dieta milagro:

  • - Prohíbe el consumo de un alimento o grupo de alimentos, en este caso de la leche;
  • - Contiene un listado de alimentos buenos y malos;
  • - Incluye relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad;
  • - No requieren la participación de profesionales sanitarios cualificados;
  • - Exagera la realidad científica de un compuesto;
  • - Sus conclusiones y recomendaciones están basadas en un único estudio, o en estudios poco fiables (en muestras no representativas, realizados en animales, estudios sin revisión, “in vitro”…).

Sí que es cierto que establece unas recomendaciones generales que no tienen nada que ver con la teoría de una enzima prodigiosa (el propio nombre ya nos puede hacer sospechar de su carácter “milagroso”) que es fomentar el consumo de productos de origen vegetal, sin que eso signifique que haya que excluir de nuestra dieta los alimentos de origen animal. Desde OCU animamos a no excluir ningún tipo de alimentos

Evaluación

OCU desaconseja cualquier dieta que sea desequilibrada aunque consiga pérdidas de peso rápidas. Existen razones para todo ello: cuando las dietas son muy bajas en calorías, el metabolismo basal del organismo disminuye y se adelgaza menos. Por otro lado, el organismo se prepara para, cuando reciba más calorías, acumularlas en forma de grasa y así prevenir futuras carencias (efecto "yo-yo"). Además, no se puede pasar por alto el riesgo de sufrir carencias nutricionales importantes. Y de forma general, no conviene adelgazar más de medio kilo o, como mucho, un kilo por semana.

Insistimos: lo que se pierde enseguida se recupera fácilmente.